Antecedentes
Los antecedentes de la actual “PRUEBA DE ESTANQUEIDAD DE RECINTOS” se remontan a los tiempos de los HALONES.
La evaluación de la eficacia de los sistemas de Halon (y del Anhídrido Carbónico) pasaba entre otros por la realización de una “Prueba de descarga real” del agente en la sala a proteger, y la medición de la concentración a diferentes alturas, para verificar si realmente se alcanzaban y mantenían las concentraciones requeridas para la protección eficaz frente al fuego de los bienes previstos a estar presentes en dicho recinto.—
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Con el Protocolo de Montreal se prohibe realizar la “Prueba de descarga real” de los halones y, por tanto, el método para la evaluación de la eficacia de los Sistemas de Extinción mediante Gases.
Surgía entonces la necesidad de alternativas para la evaluación de la eficacia de los sistemas.
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Ya en 1987 un estudio en E.E.U.U. mostró el hecho de que muchos recintos con halones no pasaban la “Prueba de descarga real”, a causa de una falta de estanqueidad mínima necesaria.
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Esa necesidad de evaluación de la estanqueidad de los recintos, y de estimación del la permanencia de la mezcla extintora en el interior de la sala, se convierten en la alternativa para disponer de garantías de eficacia de los sistemas de extinción con Halones.
Al principio, la “Prueba de estanqueidad» (del ventilador en la puerta) y la “Prueba de descarga real” eran era complementarias. Cuando la primera se realizaba previamente a la “Prueba de descarga real”, se conseguía garantizar que, pasando satisfactoriamente la “Prueba de Estanqueidad”, la posterior “Prueba de descarga real” no resultaba desfavorable por causa de falta de estanqueidad. En este sentido se evitaban los inconvenientes asociados a la repetición de la “Prueba de descarga real”.
La principal ventaja es evitar la descarga del agente extintor en la sala en la «Prueba de Descarga real«. De este modo, además del ahorro económico, se reducen los inconvenientes que la descarga real conlleva (retirada de cilindros, recarga de los mismos y retorno a la instalación) y se mejora la evaluación de la estanqueidad del recinto (la «Prueba de Descarga real», si bien permite evaluar otros parámetros de interés, no permite conocer el área de fugas ni la localización de las mismas, por lo que no hace posible el sellado de las fugas en caso necesario.)